martes, 26 de agosto de 2008

Me contó una amiga, de extrañas ambiciones,


que cuando sus padres le formularon la clásica pregunta, ella respondió:

-Yo cuando sea grande quiero ser Miss Venezuela o Del Servicio.

Sin entender por qué mi amiga no respondía con la clásica ambición pedagógica de las niñas, sus padres ahondaron en las razones de tan extraña inquietud, obteniendo una respuesta contundente:

-Porque Las Del Servicio ganan mucha plata y porque Las Misses no necesitan saber leer, ni escribir, ni sumar.

Tan graciosa la pequeña, ¿será ya millonaria?.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Me contó una amiga, que suele irse sin pagar,


que la vez más vergonzosa fue cuando al preguntar cuánto tenía que pagar por un café el camarero le dijo:

-Por un café tiene usted que pagar tanto, pero va a ser el doble, porque le voy a cobrar este café y el de esta mañana, que se fue usted sin pagar.

lunes, 11 de agosto de 2008

Me contó una amiga, deportista reciente,


el truco para integrarse en un gimnasio exclusivo y de público únicamente femenino. Es fácil y evidente -según ella-: fingir.

1.- Has de fingir completa normalidad al verte en alguno de los trescientos mil espejos con ese atuendo, así todas pensarán que la camiseta blanca que llevas es La Camiseta Blanca De Hacer Deporte y no la camista del pijama.

2.- Has de fingir que conoces los músculos que tu trainer recita y, por supuesto, que podrías señalarlos rápidamente en tu cuerpo.

3.- Has de fingir familiaridad con las máquinas de la Sala de Musculatura. En la cinta caminadora, puntualizó mi amiga, es importante que parezca que la velocidad es la que deseas y que la has elegido tú, aunque en realidad no tengas ni idea de cómo detener el aparato.

4.- Has de fingir indiferencia ante los culos de tus compañeras -fácilmete observables en esos pantaloncillos ajustados-, así nadie notará la envidia que sientes al ver los pequeños, firmes y respingones, ni la alegría que te da ver los que son más gordos, flácidos y escurridos que el tuyo.

5.- Has de fingir comodidad absoluta al desnudarte frente a ocho mujeres que también están desnudas, o acaban de estar desnudas, o en segundos estarán desnudas, cerca de ti.

6.-. Y al salir, despídete de la recepcionista con una sonrisa, fingiendo que te encuentras mucho mejor que cuando entraste, pues no hay nada más relajante que ir un ratito al gimnasio.

Pobrecilla, debe ser gracioso verla merodear por las instalaciones con su toallita, qué duros son los inicios.